CARL SAGAN
El 20 de diciembre de 1.996 murió la persona que, seguramente, más ha influido en mi, en cuanto a la visión que tenía de la ciencia y del cosmos. Debo reconocer que, siendo un chaval, no sentía ninguna atracción por la física, ni por la astronomía, ni por otros mundos. Era lógico desde un punto de vista evolutivo. No existía la información que tenemos ahora, no existía internet. Sólo teníamos a mano viejos libros y enciclopedias Larousse, con escasa información y, a veces, ya desfasada por los continuos cambios y descubrimientos que la tecnología iba generando a increíbles pasos.
¿A qué niño le interesa la ciencia?. ¿Cómo era posible en los años 80 intentar inculcar, explicar y que la gente comprendiera la ciencia del cosmos y de la física?. Y sobre todo, ¿cómo hacerlo atractivo e interesante?. La respuesta era difícil. Hay que tener en cuenta que vivíamos en una sociedad reacia a estos temas, muy alejada de conocer y entender tecnicismos científicos. Realmente, la amplia mayoría de la sociedad solo conocía un poco del universo gracias al Apollo XI y su alunizaje en 1.969.
Pero todo cambió gracias a Carl Edward Sagan. Sin duda, el científico más famoso del mundo. Lo primero que nos enseñó es a valorar cada momento, a tomarlo como algo único y excepcional. Sagan transmitía su pasión por el mundo en todo lo que decía, en todo lo que hacía, estaba enamorado de la vida y de todo lo que nos rodeaba. Su mayor aportación ha sido humanizar la ciencia, y hacerla accesible y apasionante para el gran público.
Carl Sagan enseñó el Cosmos a toda una generación, a millones de personas, convirtiéndose para siempre, en una celebridad cósmica. Combinaba la ciencia pura pero accesible, algo realmente increíble, que le llevó a ganar un Pulitzer, por su obra “Los Dragones del Edén”, un Grammy y tres Emmy. Puso en juego su prestigio científico en muchas ocasiones, planteándose la pregunta que, todo ser humano se ha hecho alguna vez. ¿Estamos solos en el Universo?.
Cuando tenía cuatro años, sus padres le llevaron a la EXPO de 1.939 en Nueva York, con el título “Construyendo el mundo del futuro“. Sagan se quedó cautivado de la visión que había del futuro, un mundo ordenado por la ciencia, dinámico y limpio, y donde nadie era pobre!!. Una de las exhibiciones que captó más visitantes fue la cápsula del tiempo, que no será abierta hasta el año 6.939 (se desenterrará 5.000 años después). Fue creada por Westinghouse, que llamó a la cápsula Cupaloy (aleación de níquel y plata, más dura que el acero). Está enterrada en el Parque Flushing Meadows de Nueva York. La cápsula del tiempo contiene unos manuscritos de Albert Einstein y Thomas Mann, diversos números de la revista Life, una muñeca, un dólar estadounidense, un paquete de cigarrillos Camel, millones de páginas de texto en microfilm. La cápsula también contenía semillas de diversas especies.
En la muestra también se celebró la primera Convención Mundial de Ciencia Ficción, aprovechando el tema del que trataba la exposición. Esto hizo que Sagan leyera comics sobre Marte, planeta que le fascinó hasta su muerte.
Cuando Sagan tenía 7 años, su madre lo llevó a la Biblioteca Pública de Nueva York, porque quería aprender lo que eran las estrellas. Una vez allí, le dijo a la bibliotecaria que quería algún libro sobre “estrellas”. La mujer, amablemente se fue en busca de algún libro sobre “estrellas”, y le trajo uno que hablaba de “Clark Gable” y de “Greta Garbo”. Eran “estrellas”, pero de Hollywood.
Cuando consiguió el libro que buscaba, se lo leyó rápidamente. La primera conclusión que tuvo de todo lo que había leído era; “si existen miles de millones de estrellas como nuestro sol, es posible que en alguna estrella exista un planeta como el nuestro, y haya vida allí también”. Y todo cambió para él, y para el mundo. Y sólo tenía ocho años.
Carl Sagan con 8 años.El 04 de octubre de 1.957, cuando tenía 23 años, hubo un hecho espacial que lo transformó todo. Ese día, los rusos lanzaron el primer satélite artificial de la historia. Su nombre era el Sputnik. Su misión, obtener información sobre la concentración de los electrones en la ionosfera. Era el comienzo de la carrera espacial. Tanto fue así, que un año después del lanzamiento del Sputnik, los EE.UU. crearon la National Aeronautics and Space Administration, más conocida como la NASA, gracias al empeño del presidente Eisenhower.
Recién doctorado, Carl Sagan fue invitado a formar parte de la primera expedición interplanetaria de la NASA, recién formada. Cuando el Mariner II fue enviado a Venus en 1.962, Sagan habló para la televisión, como experto del planeta Venus. No es extraño este hecho, ya que la tesis doctoral que Sagan presentó, llevaba como título “El Efecto Invernadero en el Planeta Venus”.
Todos los datos que aportó el Mariner II, fue un triunfo para Sagan, ya que apoyaba cada punto de vista y cada afirmación que hizo en su tesis doctoral. Una vez asentado en la NASA y respetado por su círculo, Sagan pudo empezar a hacer lo que siempre tuvo en mente desde pequeño, ahondar en la búsqueda de otros mundos y en vida más allá de la Tierra, ya que pensaba que la vida es un denominador común del Universo, y no algo excepcional.
La Mariner IV, fue la primera sonda que envió imágenes del planeta rojo. La resolución de las mismas no son como las imágenes que ahora obtenemos de satélites más actuales. Esas imágenes mostraban que no había agua en Marte, por lo que no habría signos de vida. Esto propició que Sagan buscara vida más allá. No se rindió con Marte y empezó a buscar señales electromagnéticas provenientes de otros lugares, de otras civilizaciones. Junto al astrofísico ucraniano Shklovski escribió “Vida Inteligente en el Universo“.
Carl Sagan formó parte del equipo de preparación de los astronautas del Apollo XI, pero su gran aportación en ese momento fue enviar la Mariner IX a Marte, demostrando con evidencias que Marte sí tuvo agua, y era un planeta más “vivo” de lo que parecía. Era un planeta activo donde quizás, hubo vida en el pasado. Este optimismo generalizado de encontrar vida, llevó a la NASA a lanzar la Misión Pioneer 10, el 02 de marzo de 1.972, hacia los confines del Sistema Solar. En ella, iba un mensaje cifrado, creado por el mismo Sagan, por si seres de otros planetas, llegaran en un futuro a interceptarla.
Años más tarde, Carl Sagan consiguió financiación para una nueva misión, y el 20 de julio de 1.976, el Viking I aterrizó en Marte, enviando las primeras imágenes del suelo de otro planeta. El propio Sagan, fue el encargado de narrar a todo el planeta las primeras imágenes enviadas.
Las fotografías evidenciaron un paisaje rocoso, desértico, con suaves pendientes, algunas dunas y una tonalidad rojiza en todo el planeta. No había rastro de vida, pero ello no desalentó a Sagan. Fue un gran paso para la astronomía y la ciencia. Y tras esta misión, Carl Sagan se embarcó en el viaje más fascinante de todos y que cambiaría la visión y la mentalidad de todo el mundo sobre la ciencia del cosmos.
Entre tanto, escribió el best -seller “Los Dragones del Edén“, fue portada de la revista Newsweek, de la revista Time, y aparecía en los programas de televisión en horario de prime-time más prestigiosos de EE.UU. Sin duda, era una estrella mediática, admirada, respetada y amada por el gran público. Cuando el Dr. Sagan hablaba, la gente quedaba estupefacta, petrificada en su asiento, sin pestañear. Y no era un actor, ni un cantante, ni un deportista de élite, no era un hombre que las chicas llevaran en sus carpetas o las mujeres desearan. Pero tenía un poder de atracción poderoso, su sencillez atraía a las masas, su mensaje llegaba fácilmente y conectaba con la gente.
Su siguiente proyecto duraría aún más, unos mil millones de años. Sagan creó un disco con sonidos e imágenes que viajó en la nave Voyager I, hacia el espacio interestelar. Estuvo un año intentado capturar el mundo en un sólo disco, reuniendo los sonidos de un planeta para la posteridad.
Su compañera en este viaje, Anne Druyan, grabó los latidos de su corazón en ese disco. También se grabaron saludos en 60 idiomas, la música de muchas culturas, sonidos característicos del planeta Tierra. También contiene 115 imágenes donde se explica en lenguaje científico la localización del Sistema Solar, las unidades de medida que se utilizan, características de la Tierra y características del cuerpo y la sociedad humana.
El siguiente mensaje de Carl Sagan, no iba a ser para el espacio exterior, sino un mensaje a todos los terrícolas., un mensaje al interior de nuestra mente y nuestros corazones. Una serie televisiva de 13 entregas sobre la historia de la astronomía y la aventura de explorar el espacio. Sagan sería, a su vez, el presentador de su propia serie, llamada Cosmos. Así empezaba este viaje.
Se tardó más de tres años en grabar la serie, en más de 40 exteriores en 12 países. Desde Egipto hasta India. En cada capítulo, predominaba el interés y las discusiones prácticas propias de estos proyectos, con un vocabulario llano, sencillo y entendible para el gran público.
Cosmos se estrenó en septiembre de 1.980, convirtiéndose en la serie de TV pública más vista de la historia, seguida por más de 400 millones de personas en todo el mundo. Cosmos es una palabra griega que significa “orden del Universo”. Sagan criticó el lanzamiento del Columbia en 1981, diciendo que “una exploración espacial es ir a otros mundos” y no orbitar la tierra. El lanzamiento del Columbia sería el fin de muchas cosas para la NASA, sin fondos para mayores empresas. Fue una crítica dura a la política de la NASA, sin olvidar que Sagan es miembro de ella.
Carl Sagan empezó a poner sus miras en nuestro planeta, viéndolo frágil, hermoso, y sabiendo que había que preservarlo y cuidarlo. Por esa época, el presidente Ronald Reagan, había dado un discurso anunciando su plan para la iniciativa de defensa estratégica o Guerra de las Galaxias. Carl Sagan organizó una protesta contra dicho programa, sobre una absurda ambición que llevaría a la militarización y la limitación de exploración. Fue el comienzo de Sagan como activista. Décadas de labor científicas en otros planetas le hacía temer por el suyo. En 1.983 firmó un polémico documento sugiriendo que, una posible guerra nuclear, podría producir un devastador invierno nuclear, que helaría la superficie del planeta como las tormentas de arena que él había observado en Marte.
Ya en la década de los 80, Sagan advertía sobre el calentamiento global. Decía, “el planeta es una unidad, ningún país aislado puede solucionar el efecto invernadero solo” y que “los políticos, líderes religiosos y científicos armamentistas han logrado un desastre total y teníamos un grave problema”. 25 años después, el debate se reabrió nuevamente en nuestro planeta. Me parece increíble que la gente, escuche las palabras de quien nada tiene que decir, y no se escuche a quienes todo lo que dicen debería escucharse.
Vivimos en una sociedad donde escuchamos a tertulianos partidistas, políticos corruptos e inútiles, banqueros, economistas… No tiene sentido, y todo ello nos llevará al caos.
Y esto era lo que Carl Sagan dejó como gran legado, su pensamiento, sus conocimientos, su humanidad, en uno de los documentos más sobrecogedores que jamás se haya hecho. The Pale Blue Dot (Ese puntito Azul Pálido), debería ser visto por todo el mundo, sin excepción, y transmitido a todas las futuras generaciones. Este es el gran mensaje de Carl Sagan.
El empeño de Sagan por salvar el mundo, pudo perjudicarle en su carrera científica. En 1.992, la nominación para entrar en la prestigiosa Academia Nacional de las Ciencias, fue boicoteada por algunos miembros. Varios expertos dijeron que tras ese boicot, no se consideraron los logros científicos o la capacidad científica de Sagan, sino que fue una decisión determinada por la envidia. Pero este desaire duró poco, ya que en 1.993, Sagan recibió el premio más importante de la Academia, la Medalla al Servicio Público, reconociendo su labor por y para la ciencia.
Sagan decía; “El futuro del país y el futuro del mundo, dependen de un uso apropiado y humano de la ciencia y la tecnología“. Carl Sagan hizo todo lo posible para salvar a la ciencia, y la ciencia le devolvió el favor. El Gobierno le autorizó el programa de búsqueda extratrerrestre (SETI). Sagan consiguió que, el pensamiento y la idea de que posiblemente no estamos solos, fuera una ciencia respetable. Era una labor que también podía hacerse desde casa.
Una terrible noticia sacudió a Carl Sagan en 1.993. Una operación a vida o muerte que se le realizó años atrás, donde perdió muchísima sangre, intervenido en el Siracuse Hospital, traería consecuencias catastróficas. Por un error médico, a Sagan le pusieron sangre de un enfermo muy grave. Este fatal error, derivó a que Sagan se infectara también, diagnosticándole mielodisplasia. Sagan necesitaba urgentemente un trasplante de médula o moriría en seis meses. La mielodisplasia era un cáncer en la sangre, una especie de preleucemia, donde la médula ósea no funciona correctamente y no se producen suficientes glóbulos rojos normales.
Su hermana, Cari Sagan, fue la donante perfecta, y todo el proceso se llevó a cabo en el Centro Fred Hutchinson Cancer Research Center. La operación fue un éxito, pero dejó muy débil a Sagan y con algunas secuelas. Su imagen se vio muy desmejorada y deteriorada, como si hubiera envejecido repentinamente. En 1.996, se realizó un segundo trasplante que le tuvo postrado durante semanas, dejándolo totalmente agotado y exhausto.
Justo cuando salía por la puerta del Hospital, el 07 de agosto de 1.996, una noticia apareció en todo el mundo, apoyando su idea de vida marciana. Tan relevante fue la noticia a nivel mundial, que el presidente de los EE.UU. en aquel entonces, Bill Clinton, dio un comunicado desde los jardines de la Casa Blanca. Pero realmente lo que conmocionó a los científicos, fue un asteroide encontrado en la Antártida, que mostraba restos fósiles producidos por microbios marcianos. Aunque Sagan era un sano escéptico dijo; “Si resulta que estos microbios tienen realmente origen biológico, las implicaciones son profundas. Sugieren que puede haber vida, no sólo en un planeta aislado, sino en incontables planetas, haciéndonos menos provinciales, dando un profundo sentido a nuestro lugar en el Universo, y corrobora que no estamos solos”.
En 1.996, el director de cine, Robert Zemeckis, empezó a rodar una película sobre un libro de Carl Sagan, “Contact”. Trata sobre lo que podría ser el contacto con una cultura extraterrestre inteligente, sobre cómo se vería afectada la especie humana al conocer que no estamos solos en el universo, lo que sería un gran cambio en la historia de la humanidad. La protagonista, Eleanor Ellie Arroway (interpretada por Jodie Foster), dirige el proyecto Argus del SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), dedicado a captar emisiones de radio provenientes del espacio.
Carl Sagan ha dedicado toda su vida a buscar la verdad, a base de elevadas especulaciones y de lógica pura y dura. Pocos científicos han hecho afirmaciones tan extraordinarias apoyándolas con pruebas igual de extraordinarias. Su carrera ha estado llena de asombro, ante lo que es realmente verdad.
Un alumno le dijo; “ha desacreditado todo aquello en lo que podíamos creer, para sentirnos válidos, dígame entonces, ¿qué nos queda?”. Y Sagan le dijo, “haz algo válido, y te sentirás válido”. Carl era bueno para la ciencia porque él, en sí mismo, era muy bueno en lo que hacía. Nos ha demostrado la transcendencia humana, que venimos de las estrellas, que estamos formados por átomos de estrellas muy lejanas, compartiendo la misma esencia.
Sagan es el maestro universal, que mostró lo enorme y majestuoso que es el Universo, y nos mostró que la especie humana, debe permanecer unida, sin fronteras, ni barreras, unidos en una misión interplanetaria para la supervivencia de la especie. Esa es nuestra misión.
Gracias Carl.
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